POUR CONNAÎTRE UN PEU D'HISTOIRE DE VIGO


Meirande – Centro de Interpretación da Batalla e o Patrimonio Cultural de Rande
https://www.galiciamaxica.eu/galicia/pontevedra/comarca-de-vigo/redondela/museorande/

   “Corría el año 1702, un año después de declararse la guerra de Sucesión Española que enfrentó a la alianza hispano-francesa y la unión de Inglaterra, las  provincias Unidas de los Países Bajos y el Sacro Imperio Romano Germánico, guerra que se extendería hasta el año 1713. 
    De la Habana salió una expedición cargada de las más valiosas mercancías y tesoros jamás habida, conocida como la Flota de la Plata y que se dirigía a la península con la intención de descargar su preciada mercancía en Cádiz. Sin embargo, las noticias de la Guerra de Sucesión y de los conflictos habidos en esa ciudad propiciaron que la flota cambiara su ruta y decidiera llevar su mercancía hasta el abrigo de las Rías Baixas, concretamente a la ría de Vigo, para fondear en Rande, en la tranquila ensenada de San Simón. Arribó dicha flota en septiembre y parte de la mercancía, como la plata, fue descargada y conducida hasta Segovia pero el resto continuaba un mes después en los barcos a la espera de órdenes para su traslado. La Flota de la Plata era acompañada por una escuadra francesa compuesta por quince navíos dirigidos por el marqués de Châteaureanult cuya misión era proteger la flota. Su disposición en la ría fue en forma de media luna en el Estrecho de Rande. A ambos lados sendas artillerías dispuestas en la fortaleza de Cordeiro (Moaña) y en la zona de Rande (debajo de un pilar del actual puente de Rande) cubrirían dicho estrecho. Entre las dos riberas se construiría una barrera compuesta por mástiles, cadenas y cuerdas con el fin de proteger el paso. En octubre una flota anglo-holandesa compuesta por 150 buques dirigida por el almirante George Rooke, venía en retirada desde el sur después de haber intentado en vano la toma de Cádiz.


Plano de la ría de Vigo

Plano de la batalla de Rande. Foto del Museo de Pontevedra.

   A los oídos de estos llegaron las noticias de la situación de la Flota de la Plata. Sabiendo que la ría de Vigo se convertiría en una ratonera en donde nadie podría escapar, decidieron ir a “caza” de la preciada mercancía. El 23 de octubre de 1702 una parte de la escuadra anglo-holandesa desembarcó en las orillas para desbaratar las flojas defensas de la ría que tenían a la mayoría de sus hombres combatiendo en Italia, dejando la tierra a merced de los atacantes. La flota anglo-holandesa penetró las barreras fácilmente y comenzó el bombardeo de los defensores barcos franceses. Estos ante la imposibilidad de cualquier maniobra decidieron quemar y hundir todos los buques de la flota. En diez horas la batalla estaba ya de lado de los anglo-holandeses que durante siete días saquearon Redondela y la Isla de San Simón. Vigo, gracias a sus murallas, no pudo ser conquistada, pero la armada atacante pudo llevarse varios barcos cargados de mercancía. Uno de estos era el galeón llamado Santo Cristo de Maracaibo, que según se cree, iría cargado de oro. Sin embargo, este barco se convertirá en leyenda después de que su intento de remolque resultara un fracaso, pues a la altura de las Islas Cíes, el barco se hundió sin que pudieran salvarse sus valiosos tesoros. Desde aquella nadie sabe con exactitud la situación del posible pecio y han sido muchas las especulaciones sobre su paradero. Últimas investigaciones y manuscritos cuentan que el barco fue hundido de una manera premeditada por pesqueros gallegos que con sus maniobras consiguieron que el barco escorara y se hundiera. Desde aquel año, la ría de Vigo guarda celosamente el mejor y más famoso de sus secretos que nadie ha podido desde entonces esclarecer: la posible presencia debajo de sus aguas de innumerables riquezas y tesoros. Sin embargo esto no ha sido probado y lo que realmente es seguro es la presencia del mayor filón arqueológico submarino de todo el Atlántico.”
(Recollido na web de presentación do  Centro de Interpretación da Batalla e o Patrimonio Cultural de Rande)                                                           


Il ya quelqu'un qui connais bien l'endroit où le trésor se trouve. Le capitaine Nemo, avec son sous-marin Nautilus, visite chaque année notre ría pour en tirer l'or et subventionner ses voyages.

Lire pour en savoir plus Vingt mille lieues sous les mers, de Jules Verne

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